Leyenda de San Licer

Procesión de San Licer en Zuera
(El Periódico de Aragón, 28 de agosto de 2007)

Cada 26 de agosto la villa de Zuera celebra a su patrón San Licer, un obispo francés cuya devoción, según se cuenta, fue traída a esta localidad por caballeros gascones que venían a incorporarse a las tropas aragonesas que iban a combatir en las Navas de Tolosa. Se dice que portaban sus reliquias a lomos de una mula y que al llegar a la iglesia de Zuera las campanas comenzaron a repicar por sí solas de manera milagrosa a la vez que el animal se negaba a seguir caminando, por lo que decidieron que sus restos quedaran aquí y desde entonces el obispo es patrón de la localidad. Esta tradición está muy extendida por la geografía aragonesa, no obstante es similar a la de los Corporales de Daroca y es una más de las ordalías medievales o juicios de Dios “allá donde lleguen las mulas, allí se quedarán” vendría a ser más o menos. La festividad de San Licer está registrada en Zuera ya desde principios del siglo XVI. Se celebra el 26 de agosto pero en algunos lugares lo hacen el día 2 de septiembre o el 2 de octubre, como en Venecia[i]. 

Pero existe otra versión de la leyenda que por su curiosidad, trascendencia social y popular voy a relatar. Se cuenta que un grupo de monjes franceses iban en peregrinación hacia el Pilar encabezados por un viejo obispo llamado Licer. Por el camino se alimentaban ganándose el jornal trabajando en las labores del campo, poco después de pasar por Gurrea de Gallego vieron una viña y peguntáron al dueño ¿si podían colaborar en la vendimia? y el propietario les aceptó para trabajar en su cuadrilla, los compañeros para burlarse ellos una noche los emborracharon. Licer, que era el más anciano, murió a consecuencia del vino y fue enterrado en Zuera, villa que le hizo su patrón. El resto de compañeros se desperdigó por la zona, dos marcharon por la orilla izquierda del Gállego a saber; San Mateo que fundó el pueblo de este mismo nombre y un segundo llamado Cristóbal quien hizo lo propio en Peñaflor, pueblo del que es patrón. Otros tres lo hicieron por la margen derecha del río, sus nombres eran Juan (San Juan de Mozarrifar) Gregorio (barrio del Cascajo) y Pantaleón (patrón de Juslibol). 

Si sustituimos el vino por el agua se puede comprobar el trasfondo de la historia. Poco antes de Zuera, parten de un mismo azud las acequias de Camarera y Candevanía. Mientras Camarera riega Zuera (con el nombre de Candeclaus), el pueblo de San Mateo y el barrio de Peñaflor. Por su parte Candevanía, tras unirse con Rabal en Villanueva de Gállego, da sus aguas a la acequia de Cascajo que riega los barrios de San Juan de Mozarrifar, San Gregorio y Juslibol. Es curioso pero Villanueva es el único pueblo en el que no aparece “Santo” seguramente por la peculiaridad del régimen de aprovechamiento de Candevanía y porque no ha tenido Santo Patrón “varón” hasta mediados del siglo XX (San Isidro, del que todo el mundo conoce su origen). Lo cierto es que el relato de San Licer describe de manera muy gráfica el sistema de riegos y aprovechamiento de aguas en el bajo Gállego.


Azud de Camarera en primer término, en la otra orilla se encuentra el de Candevanía,
muy cerca se encontraba la antigua y desaparecida "Torre de Camarera"



[i] Florez, España Sagrada, Madrid 1836. Villanueva, Viaje literario por iglesias de España, 1851

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