Alfonso I el Batallador de Aragón

El 18 de diciembre de 1118 Alfonso I conquistó Zaragoza a los musulmanes. Es decir este año se cumplen 894 años del acontecimiento (¿que sucederá cuando se celebre el 900 aniversario?). El Batallador reinó 30 años en los cuales triplicó su reino, estuvo a punto de consumar la unión de las coronas de Aragón y Castilla y de marchar a Tierra Santa si no hubiera sido por que murió peleando. No obstante su gobierno fue un símbolo de lo que luego ha sido la historia aragonesa, comenzó mirando primero a Navarra y Castilla, pero terminó buscando la salida al Mediterráneo. Sin descendencia directa, su testamento todavía sigue siendo un mito de la Edad Media. Para unos monje, para otros soldado, para otros un personaje complejo, Alfonso I pasa por ser uno de los grandes gobernantes de esta tierra, en Cadena SER bajo Gállego y en el espacio "Con la historia de tú a tú" hablamos del tema:

 
http://www.ivoox.com/alfonso-i-batallador-aragon-audios-mp3_rf_1647321_1.html
 
Francisco Pradilla Ortiz pintó un cuadro hacia 1880, por encargo del Ayuntamiento de Zaragoza, en el que se representa al Batallador mirando hacia Zaragoza, desde los altos del Castellar y que todavía se puede ver en la escalera principal del Consistorio. Esta obra de arte está llena de simbolismo socarrón muy del valle del Ebro pues, unos nubarrones que se ciernen sobre la corona del Rey aragonés y unas aves de mal agüero que le rodean, sin duda auguran los problemas que tendría este ilustre villanovense para cobrar por su trabajo y es que, como diría un buen amigo mío, "en Oregón semos ansí de toda la vida".
 
No sé si don Francisco conocía el monte del Gato, los villanovenses todavía no habían empezado su friebre roturadora por las terrazas del Ebro. Pero la "Atalaya de Candespina" todavía se yergue orgullosa sobre el cortado que dibuja el río Ebro y que delimita el Castellar con el soto que le da nombre y que está frente a la localidad de Sobradiel.
En estas ruinas se dice que estuvo presa doña Urraca, la reina de Castilla, esposa del Batallador. El nombre del soto se lo debe al amante de la Señora, se dice que en sus profundidades se escondían ambos, hasta que lograron huir de las manos del esposo. Cuenta la tradición que doña Urraca se quejaba de su marido en este sentido: "Prefiere la compañía de hombres fornidos y guerreros, antes que la de una buena hembra", frasecita que ha dado para todo tipo de rumorología sobre las tendencias de Alfonso I.


Creo que la fotografía la sacó José Luis Ona, no obstante la encontré un día por San Google. En primer término la inolvidable Atalaya de mi infancia (donde yo tantas veces he jugado) y en segundo plano el Ebro regando la mejana entre Sobradiel y Torres. Más al fondo el padre Moncayo aguardando con sus nieves.

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